Rito y símbolo en el mundo moderno

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El hombre moderno rechaza la trascendencia, pues trata de hacerse a sí mismo, y esto solo lo ve posible en la medida en que se libere, desmimetice, de la superstición (lo sagrado).

Mircea Eliade

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Es probable que después de leerla me odies.

Incluye orangotanes.


El otro día mi hermana me pasó un vídeo de mi bautizo. Muy bonito y muy emotivo, claro.

Lo que más me llamó la atención fue que estaban las familias de ambos lados reunidas, algo que siempre fue muy raro (y, hoy, directamente imposible). Toda la familia de mi madre y toda la familia de mi padre juntos en una iglesia y después comiendo, cantando y festejando.

En el bautizo hay símbolos operando, tanto más (aunque no es imprescindible –al menos, en teoría) en el caso del bautizo religioso. Y lo mismo sucede con las comuniones, las bodas, los aniversarios, etc.

A estos ritos acuden las familias porque sin ellas no habría rito, pero también porque sin rito no habría familias. Es el símbolo lo que dota de sentido a las familias.

Las familias no son simples lazos de sangre. Si así fuera, seríamos animales.

De hecho, hay ritos en los que los lazos de sangre son (en ese momento) irrelevantes y, aun así, reúnen a las familias (el matrimonio, por ejemplo). Las familias son algo más que lazos de sangre. Son personas participando de símbolos y ritos comunes.

Y también hay ritos en los que la sangre juega un papel fundamental, pero se invita a ciertos amigos que se considera de la familia, porque la familia va más allá de la sangre.

Y los símbolos que operan en estos ritos tienen significados profundos: Un bautizo es la bienvenida a un nuevo miembro de la tribu (y, a menudo, el sello entre dos clanes). Una comunión es la celebración de que el pequeño decide reproducir los valores y sentimientos de la tribu. Un matrimonio es la unión de dos clanes.

No son símbolos sin relación con la realidad social y antropológica. Al contrario: Son realidades sociales y antropológicas condensadas, cristalizadas.

Lo mismo sucede con la misa. La misa como rito (como cualquier rito) es un símbolo del que participa la comunidad y que, a la vez, crea comunidad. La importancia del rito es que renueva el símbolo y, en este sentido, crea a y es creado por los que participan en él.

Los ritos nos ordenan la vida, igual que las comidas nos ordenan el día. La ausencia de ritos conduce a vidas desordenadas y, por supuesto, a lazos comunitarios más débiles. No sé si es lo uno lo que causa lo otro o lo otro lo que causa lo uno.

Por eso, esta sociedad cada vez más vacía de simbolismo está, a la vez, cada vez más demente.

El símbolo, como he dicho, hace participar a la comunidad y, a la vez, crea comunidad. Esto significa que, al individuo, le sirve para formar parte de algo mayor tanto a un nivel inmediato como a un nivel eterno (lo cual es otra prueba de que en cada instante está la eternidad y que la eternidad es un instante, pero eso es otro tema).

El individuo que participa en el rito contribuye a recrear el símbolo en un proceso trascendental que le une a sus ancestros, que hicieron lo mismo. Y, al mismo tiempo, el rito hace partícipe al individuo de la comunidad que, en ese momento, está reproduciendo el símbolo.

Cumple una doble función para la salud mental del individuo: Le hace sentir parte de una comunidad y le hace sentir que está contribuyendo a mantener vivo algo que le trasciende y que le trascenderá, que viene desde mucho antes de que él naciera y que le sobrevivirá mucho después de que él muera.

Esto último es fundamental. El rito te hace partícipe de algo mayor que tú. A efectos espirituales, es como participar en la construcción de una catedral que sabes que no vas a ver terminada. No contribuyes a ello por ti, sino por dejar algo bello para los que están por venir.

Y, cuidado, que no es necesario que exista un elemento religioso, aunque sí es necesario un elemento trascendental. La primera cacería también es un rito para el niño que crece entre cazadores. La mili también era un rito para el joven que pasaba a ser un hombre.

De hecho, ¿pueden sustituirse los ritos tradicionales por otros nuevos? ¿Pueden crearse nuevos ritos?

En principio, sí, aunque siempre asumiendo dos dificultades:

La primera es que no existe ese sentimiento de vinculación con los ancestros (y es dudosa la vinculación con los que vendrán porque no sabes si el nuevo símbolo sobrevivirá).

La segunda es que, a consecuencia de lo anterior, se corre el riesgo de que no se perciba el rito como algo sagrado y no se le dé la misma importancia y, por tanto, la participación de la comunidad sea menor, ya sea en número o en implicación.

No obstante, reconozco que, probablemente, esto sean racionalizaciones y que realmente prefiera el rito tradicional por puras cuestiones estéticas.

Sea como sea, hay que recuperar los ritos y valorar su contenido simbólico. Y, si los símbolos que se necesitan en la nueva sociedad no existen, hay que crearlos.

He comentado en varias ocasiones que, en una sociedad capitalista como la nuestra, el primer trabajo es el equivalente a ir a cazar un león. Es el paso de la niñez a la adultez. Ahí se necesita un nuevo rito. La jubilación es el paso de la adultez a la vejez. Ahí se necesita un nuevo rito.

Y así con todos los momentos importantes de la vida, porque, como dije, los ritos ordenan la vida.

En fin, hay que recuperar y crear ritos. Porque, insisto, los ritos son símbolos vivos. Símbolos operando in situ. Y el lazo de aquellos que participan de un mismo símbolo trasciende las diferencias políticas, religiosas o de cualquier otra índole.

El rito es la cura para la atomización y la animadversión creciente en nuestra sociedad.


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