Ahora, ya sabemos un poco más sobre las IAs y hemos visto que pueden dejarte en el paro o hacerte ganar mucha pasta. Pero… ¿cómo utilizas la Inteligencia Artificial para ponerla de tu lado y no en tu contra?
Usándola.
¿Y cómo la usas?
Interactuando con ella.
El problema es que las IAs son como niños de 5 años con súper conocimientos. Si les explicas correctamente lo que quieres, obtendrás las mejores respuestas imaginables. Ahora, si no les explicas bien lo que quieres, obtendrás un resultado de mierda.
Como decía, para maximizar los buenos resultados y minimizar las cagadas, tenemos que aprender a comunicarnos con ellas. Eso es el Prompt Engineering.
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Hablo de todo lo que me sale de los cojones, no sólo de marketing o negocios. Hay política, filosofía y otras gilipolleces.
Es probable que después de leerla me odies.
Incluye orangotanes.
La IA necesita instrucciones para saber qué hacer y qué respuesta dar, y al conjunto de instrucciones que damos a la IA lo llamamos prompt.
Cuando damos un prompt a una IA, le estamos dando como input una serie de instrucciones (órdenes) con el objetivo de que nos devuelva un resultado ajustado a nuestros deseos.
Las instrucciones y, por tanto, los prompts, pueden ser tan sencillas como preguntar en qué siglo nació Platón o tan complejas como el inicio de una conversación entre Platón y Nietzsche acerca del Bien que debe ser completada (a lo largo del curso verás cómo las IAs de Texto y de Diálogo son mejores para el segundo tipo de trabajo que para el primer tipo, sobre todo cuando preguntas por datos concretos y poco conocidos).
Esto, en el caso de las IAs orientadas a la generación de texto.
En el caso de las IAs orientadas a la generación de imágenes, las instrucciones pueden ser tan simples como ilustrar un conejo o tan complejas como ilustrar un conejo bailando una jota en lo alto de un delfín en la cresta de una ola, con estilo cubista y con una perspectiva cenital (además de un montón de parámetros encargados de conseguir diferentes efectos).
Por decir algo.
Lo que quiero que entiendas en este punto es que las IAs son como una muy buena masa de bizcocho.
Si este símil te parece una bizarrada, bien. A mí me pareció una genialidad cuando se me ocurrió.
Y es que es un símil que funciona muy bien.
Si tú echas la masa de bizcocho a una superficie y la metes al horno, va a ocupar el espacio que más cómodo le resulte y va a crecer.
El bizcocho estará bueno (el resultado será de calidad), pero su forma será aleatoria (el resultado no se adaptará a lo que quieres).
El trabajo del Prompt Engineer es diseñar los moldes de metal en cuyo interior debe ir la masa del bizcocho, para que el bizcocho tenga forma de estrella, de corazón o de Gandalf peleando contra el Balrog.
Si no obtienes lo que quieres de la IA, no es culpa de la IA, es culpa de tu prompt. Refínalo.
Cuantas más instrucciones incluyas en tu prompt, más detalle le darás al molde y menos margen para improvisar le dejarás a la masa.
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